Desde 2014, la desarrolladora de software cántabra ofrece soluciones a pequeñas y medianas empresas que buscan digitalizar y automatizar sus procesos para explotar las ventajas competitivas que ofrecen la inteligencia artificial (IA) y el big data
Como si se tratara de la enésima iteración de una revolución industrial ininterrumpida, la tecnología sigue automatizando tareas repetitivas y puntillosas que son poco fructíferas para el tiempo que demandan. Las versiones contemporáneas del apretar tornillo y enroscar tuerca son labores como la categorización de documentos, la recolección de mediciones de dispositivos digitales o el volcado de ficheros en papel a bases de datos en la nube. La IA permite relevar a quienes ejecutan acciones como esas y devolverles su tiempo para que lo utilicen en objetivos más provechosos y demandantes para las capacidades de los seres humanos.
Este es el escenario de posibilidades que ofrecen las consultoras tecnológicas especializadas en automatizar y digitalizar procesos por medio de la tecnología. Compañías como la cántabra EvenBytes, que nació en 2014 de la mano de tres ingenieros informáticos que buscaban crear soluciones digitales para gestionar documentos. Mientras Jacinto Pelayo (CEO), Fernando López (CTO) y Juanjo Cacho (COO) exprimían las posibilidades de los programas destinados al mercado empresarial, descubrieron que algunas de las ideas que querían implementar no podían traducirse en desarrollos efectivos por las propias limitaciones de esas plataformas. Así que cambiaron el foco: ellos mismos diseñarían soluciones eficientes para que las empresas pudieran automatizar tareas.
Trascurridos 11 años, EvenBytes cuenta hoy con un equipo de 12 personas y tres líneas de negocio. La principal es el desarrollo de software a medida para la digitalización de procesos. La segunda línea es la consultoría especializada en las suites de empresas de Google, de la que EvenBytes es partner y comercializadora. Completa la oferta de servicios de la compañía cántabra Origamee, una plataforma propia creada en 2020 para digitalizar procesos de forma sencilla e intuitiva.
Entre sus clientes se encuentran pequeñas y medianas empresas y también grandes multinacionales de los sectores industrial, manufacturero, químico y sanitario.

La innovación en el ADN de la compañía
«Al ser una empresa de desarrollo de software, la innovación está en nuestro ADN”, explica Juanjo Cacho, y recuerda que el propio germen de EvenBytes se encuentra en un intento de mejorar las funcionalidades de una plataforma ya existente. “Las empresas TIC estamos acostumbradas a que la tecnología avanza rápidamente y estamos prácticamente obligadas a conocer las últimas tendencias y tecnologías para testarlas y ver qué beneficios ofrecen a nuestros clientes y a nuestros propios desarrollos”.
EvenBytes dedica entre un 20 y un 25% de sus presupuesto anual a innovación. “Como nosotros no trabajamos con hardware, toda la innovación nos viene por tecnologías como el big data o la IA, especialidades que ya ofrecíamos desde el principio. Así que cuando descubrimos algo nuevo, iniciamos un proyecto interno de discovery para descubrir qué nos ofrece”, explica Cacho.
Esta observación constante sobre la innovación supone para EvenBytes importantes ventajas tanto para su labor como consultores como de desarrolladores de productos propios. Al conocer las últimas tecnologías o funcionalidades, la compañía puede ofrecérselas a sus clientes, al tiempo que puede integrar las novedades en sus propios productos para que no se queden obsoletos con el tiempo. “Hacer de la innovación una parte fundamental de nuestro negocio nos permite situarnos en el momento puntero todo el tiempo”, afirma el COO de EvenBytes
<< Hacer de la innovación una parte fundamental de nuestro negocio nos permite situarnos en el momento puntero todo el tiempo”, afirma el COO de EvenBytes >>.
Juanjo Cacho, COO de EvenBytes.
Repensar la propia organización
Además de aplicar la innovación para repensar lo que EvenBytes ofrece al exterior, la compañía cántabra también la aplica en su propia organización. Ya en 2014 implementaron medidas como el trabajo en remoto y el respeto a la desconexión digital, fórmulas que hoy son comunes pero que hace una década apenas se planteaban.
En 2023 fueron un paso más allá. Con el objetivo de facilitar la conciliación familiar y aumentar el atractivo de la empresa para atraer talento, probaron con la jornada laboral de 36 horas semanales, cuatro días a la semana. Con los mismos sueldos. El experimento salió bien: se mantuvo la productividad y el buen ambiente en la oficina. En 2024 continuaron con el mismo número de horas, pero volvieron a los cinco días laborales para salir antes por las tardes.
“Para nosotros era importante ser una empresa atractiva para que la gente quiera trabajar con nosotros”, explica Cacho, que señala que la rotación es muy baja y el ambiente, agradable. “Hay risas a la vez que responsabilidad”. Trascurridos dos años desde la aplicación de la jornada reducida, Cacho solo ha encontrado ventajas: cada persona marca su horario laboral combinando trabajo presencial y remoto, ajustan mejor sus tiempos y han reducido las reuniones de poco valor. “Al fin y al cabo, la fatiga no produce innovación”.
Plegarse a las necesidades de los clientes
Bajo una versión libre del término japonés para referirse a la papiroflexia se esconde una plataforma modular y flexible con cinco años de desarrollo. Origamee permite a EvenBytes diseñar soluciones funcionales para digitalizar los procesos de sus clientes sin tener que elaborar un software de cero. “A nosotros nos da igual el proceso que quiera digitalizar el cliente, porque no vamos con un CRM [Customer Relationship Management], sino que el cliente nos explica su proceso y nosotros adaptamos la plataforma”, explica Cacho .
Además de por la modularidad y la flexibilidad de sus configuraciones, Origamee destaca porque es capaz de llevar un poco más lejos la digitalización de procesos al incluir IA para el tratamiento de grandes volúmenes de datos. Así, la recopilación de mediciones de una planta fotovoltaica, como es el caso real de un cliente, genera una cantidad ingente de información que puede analizarse hasta extraer patrones que permitan prever la vida útil de los dispositivos que se utilizan en la planta. Este mantenimiento predictivo es solo uno de los usos que posibilita la suma de la digitalización de datos, la IA y el big data.
Sin embargo, exponerse a la diversidad de posibilidades que despliega la tecnología provoca vértigos en algunas empresas que “no saben si la innovación es gasto o inversión”, y prefieren continuar con sus procesos tradicionales. “Tenemos clientes que vienen de procesos de digitalización previos y saben que la tecnología les puede ofrecer ventajas competitivas como el ahorro de costes o de tiempo”, explica Cacho. “Pero también tenemos clientes que son reacios, y que prefieren seguir utilizando el papel o el Excel.
<< El Excel es el gran enemigo de la innovación”.>>.
Juanjo Cacho, COO de EvenBytes.
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Instrucciones sencillas para crear soluciones
Para el COO de EvenBytes, parte de la reticencia a la transformación digital puede deberse a que la digitalización se relaciona con unos conocimientos técnicos normalmente exigentes, lo que es cierto pero no insalvable. Superar esta percepción es uno de los objetivos a medio plazo que se plantea la compañía cántabra. Su intención es utilizar la IA y los últimos avances en procesamiento de lenguaje natural para conseguir que Origamee sea capaz de moldearse a sí misma a partir de las instrucciones de sus clientes.
El proceso de transmitir la instrucción podría recordar a lo que hoy sucede con las IA generativas conversacionales como ChatGPT, solo que la comunicación no sería a través de texto escrito sino, y esto es importante, a través de la voz. “Ese es nuestro objetivo: cómo podemos usar la IA para que sean nuestros clientes los que, de manera fácil y sin conocimientos técnicos, puedan crear sus propias aplicaciones”, resume Cacho.